Reconociendo la
importancia de la construcción de la ciudadanía en el marco global, la investigadora y profesora Judit Bokser de la Universidad Nacional Autónoma de México, en su opinión es bastante explicita y profunda con el
concepto de como la ciudadanía ha tomado más fuerzas gracias a los procesos de
globalización que han permitido que las interacciones entre lo global, lo
regional, lo nacional y lo local, busque el desarrollo en las relaciones
transfronterizas que potencien los procesos de consolidación institucional, que
se ha avivado el conflicto entre los principios universalistas de las
democracias constitucionales y los reclamos particularistas de las comunidades
por preservar la integridad de sus estilos de vida habituales.
Así, actualmente se
evidencia que en América Latina ha venido sufriendo cambios drásticos en la política
buscando nuevos aires que favorezcan a los ciudadanos y se le haga respetar sus
derechos. La autora Judit Bokser, afirma esta situación al exponer que los países latinoamericanos
deben aún superar los desfases históricos y el diagnóstico en torno a la
desconexión de la política con otras dimensiones y procesos, específicamente
los económicos, lo que ha conducido a llamar la atención sobre la presencia de
un serio déficit democrático en los procesos de reflexión y deliberación
colectivas y a señalar los riesgos derivados de una ruptura entre las dos
funciones básicas de la acción política: la representación y la participación.
Ambas funciones son vistas como referentes esenciales de construcción de
institucionalidad democrática y de ciudadanía.
La globalización siendo
un proceso histórico y de interacción mundial provoca avances en los ámbitos tecnológicos, industriales,
culturales, económicos, políticos, educativos, creando necesidad de expansión
en el flujo comercial y en lo capitalista ocasionando una interacción entre países
donde las fronteras quedan liberadas de todo concepto. Esto ha hecho que las
comunidades pequeñas como las indígenas, las etnias y otros grupos sociales
participen de muchos de estos procesos ganando una amplia visión de cuál es la
tendencia el mundo y de no “tragar entero” de las opiniones y decisiones que
toman los actores políticos.
De allí que, hoy por
hoy, el mundo de la globalización se vuelve un desafío para los países no
desarrollados donde las diferencias se vuelvan unas alianzas para el crecimiento
de un país en la democracia, en lo social y en lo político donde el ciudadano
se sienta gozoso de que sus derechos primordiales se les respeten y que a su
vez haya garantía de un bienestar colectivo e individual.
Por: Redacción Moisés Durán & Tatiana Verdezza
Por: Redacción Moisés Durán & Tatiana Verdezza
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